FUERZA

1. LA FUERZA. CONCEPTOS Y TIPOS

1.1. LA FUERZA

Para muchas personas la fuerza pasa inadvertida hasta que la aplican de manera incorrecta y sufren una lesión. Esta capacidad tiene gran repercusión en la salud y su carencia puede provocar patologías del aparato locomotor.

En términos generales, la fuerza se define como la capacidad para vencer resistencias o contrarrestarlas por medio de la acción muscular.

1.2. TIPOS DE FUERZA

En la vida cotidiana y en el deporte continuamente se dan situaciones donde es necesario aplicar la fuerza: sostener o empujar algo, cargar un peso o el propio cuerpo, etc. Diferenciar cada tipo de fuerza es importante para conocer los ejercicios mas adecuados para su mejora y practicarlos de manera correcta.

FUERZA RESISTENCIA
La fuerza-resistencia o resistencia muscular es la capacidad para realizar múltiples repeticiones contra una resistencia determinada durante un tiempo prolongado. Las cargas a mover son ligeras o medias. Se relaciona con la resistencia de la persona y con la coordinación en el movimiento a realizar. Ej. Realizar flexiones de brazos, pedalear, remar o realizar abdominales.

FUERZA EXPLOSIVA
La fuerza explosiva o potencia es la capacidad para vencer una carga empleando una alta velocidad de contracción muscular. Se aplica en movimientos a realizar en el mínimo tiempo posible. Ej. Realizar todo tipo de lanzamientos o saltos.

FUERZA MÁXIMA
La fuerza máxima es la capacidad para oponerse a una carga máxima en relación con las posibilidades de la persona mediante una contracción voluntaria de los músculos. No se tiene en cuenta el tiempo empleado, y puede haber movimiento o no haberlo. Los ejemplos más claros de fuerza máxima son los deportes como el culturismo o la halterofilia.

A continuación tienes un vídeo explicativo de los diferentes tipos de fuerza:





2. LA FUERZA Y EL APARATO LOCOMOTOR

La fuerza se relaciona de manera especial con el aparato locomotor, formado por huesos, articulaciones y músculos. El conjunto de huesos constituye el esqueleto, armazón óseo que soporta el cuerpo. La unión de los huesos en articulaciones confiere el esqueleto distintas posibilidades de movimiento.

El cuerpo humano hay tres tipos de músculo: liso, cardiaco y esquelético. Los músculos de los órganos del aparato digestivo son lisos, involuntarios o de tipo vegetativo. El corazón está formado por el músculo cardiaco.

Los que recubren los huesos se denominan esqueléticos o estriados. Se caracterizan por la capacidad de contracción: al contraerse el músculo se acorta y tira de los huesos donde se inserta, produciendo un movimiento.

Un músculo no puede  contraerse (función agonista), si su opuesto no se relaja y se alarga (antagonista). Cuando un músculo se contrae, se acorta y tira de los huesos en los cuales se inserta a través de los tendones. La mayoría de los músculos actúan en pareja: el músculo que se contrae recibe el nombre de agonista, y su opuesto antagonista.

Cada par de músculos antagónicos están conectados nervios sensitivos y motores. Así, cuando un músculo recibe la orden para contraerse (se convierte por tanto, en agonista), su antagonista se relaja gracias al reflejo de inervación recíproca. Un reflejo es un mecanismo involuntario, sin control consciente, que evita el daño de las estructuras corporales.



Los músculos que participan en el mantenimiento de la postura tienen tendencia a acortarse: se denominan tónicos o posturales. Estos músculos como han de mantener la postura corporal se contraen y por tanto, se acortan constantemente. Por este motivo, conviene insistir en su estiramiento.


Además, la contracción muscular se puede producir de tres formas distintas:

Contracción isotónica concéntrica: cuando se produce un acortamiento de la longitud total del músculo.

Contracción isotónica excéntrica: la longitud del músculo aumenta con gran tensión de sus partes elásticas, por una acción de frenado.

Contracción isométrica: La longitud del músculo se mantiene constante. Suele ser habitual cuando la resistencia a vencer es mayor que la fuerza que es capaz de generar la musculatura.

A continuación podemos observar algunos de los músculos más característicos del aparato locomotor humano:

3. LA FUERZA Y LA SALUD

3.1. EFECTOS SALUDABLES DEL ENTRENAMIENTO DE FUERZA

Como el entrenamiento de fuerza está altamente relacionado con la salud y la forma física, debería ser una ocupación durante toda la vida. Bien realizado, con una supervisión y progresión adecuadas, reporta beneficios como:

Provoca cierta hipertrofia muscular, el incremento del tamaño de las fibras musculares y mejora el grado de tensión muscular o tono.

Facilita la correcta actitud postural, que permite hacer actividades laborales, deportivas o recreativas que implican la aplicación de fuerza con mayor rendimiento y menor resistencia a la lesión. Además una buena tonificación de la musculatura fijadora, como los lumbares, los abdominales o los dorsales, favorece un mejor sostén sobre la columna vertebral y evitando la aparición de problemas en la misma, tales como escoliosis.

Los huesos se hacen más resistentes a las tracciones. Así se retrasa la aparición de enfermedades degenerativas como la artrosis, osteoporosis, etc.

Si los ejercicios de fuerza se realizan con una intensidad baja o media durante un tiempo prolongado, se consiguen mejoras en el aparato cardio-respiratorio.

Mejora la estética corporal y el autoconcepto. Los ejercicios de fuerza desarrollan la autoexigencia, la constancia y la superación de las propias limitaciones. Al encontrarse la persona a gusto consigo mismo, física y psicológicamente, el entrenamiento actúa como factor preventivo ante las depresiones.

4. ¿CÓMO PODEMOS MEJORAR LA FUERZA?

4.1. CLASIFICACIÓN DE LOS EJERCICIOS DE FUERZA

Los ejercicios para mejorar la fuerza se dividen en ejercicios con autocarga, si se utiliza el propio peso del cuerpo (por ejemplo realizar abdominales) y con sobrecarga, si se utiliza un peso añadidos como por ejemplo las pesas.

Dentro de los ejercicios con autocarga diferenciamos los siguientes tipos de ejercicios:
  • Ejercicios estáticos: sin movimiento, manteniendo un tiempo la posición de cuerpo mediante una contracción isométrica. Ej. Abdominales que trabajan el transverso del abdomen.
  • Ejercicios dinámicos: con el movimiento del propio cuerpo mediante varias contracciones isotónicas concéntricas y excéntricas. Ej. Flexiones de brazos.
Dentro de los ejercicios con sobrecarga diferenciamos los siguientes tipos de ejercicios:
  • Ejercicios de fuerza con compañero. Ej. Juegos de lucha.
  • Ejercicios con aparatos: Ej. Balones medicinales, gomas elásticas o pesas.

4.2. EJERCICIOS CON PESAS

Respecto al trabajo con pesas has de tener en cuenta lo siguiente:

1. Elección y orden de los ejercicios. Deben seleccionarse ejercicios para todos los grupos musculares. Al inicio de la sesión de pesas se ha de trabajar los grandes grupos musculares y se deja para el final los músculos más pequeños.
2. Desarrollo muscular simétrico. No realizar ejercicios unilaterales que trabajen sólo una parte del cuerpo, se debe trabajar las dos por igual. Es decir, si se trabaja por ejemplo fuerza en las piernas se ha de trabajar las dos por igual.
3. Balance muscular alrededor de una articulación. Si por ejemplo, se entrena el cuadriceps se ha de entrenar también su antagónico, los isquiotibiales.
4. Número de repeticiones de cada ejercicio. Una repetición es la realización de un ejercicio una vez y se agrupan en series. Así, por ejemplo, dos series de 15 repeticiones de abdominales, sería realizar 15 abdominales (una serie) descansar y realizar otra vez 15 abdominales (2ª serie).

Las repeticiones que se pueden realizar están relacionadas con la intensidad, que puede ser ligera, moderada, alta o máxima en función del tanto por ciento, con respecto a la máxima fuerza que se puede realizar:
  • Ligera: 12 a 15 repeticiones, 2 a 3 series à  < 50%
  • Moderada: 8 a 10 repeticiones, 2 a 3 series à  50% - 75%
  • Alta: 6 a 7 repeticiones, 2 a 3 series à 75% - 95%
  • Máxima: 1 ó 2 repeticiones, 2 a 3 series à > 95%